Es impresionante. Por mucho que uno piense que los avances en determinada materia han alcanzado el sumun, siempre llega alguien o algo que nos deja boquiabiertos. Modestia aparte, un servidor se ha movido durante una buena cantidad de años entre impresoras, faxes y escáneres, de modo que se considera aceptablemente informado.
Sin embargo, echando un vistazo a una página de una empresa del ramo, no he podido evitar sorprenderme ante los tremendos avances en lo que se refiere a impresión y soluciones relacionadas que se han producido en los últimos tiempos.
Por ejemplo, no hace tanto que la idea de recibir un correo electrónico en el móvil se me antojaba absurda. Sin embargo, a día de hoy no sólo recibo mails con sus PDFs u otros adjuntos de la naturaleza que sea, sino que puedo imprimirlos si descargarlos al ordenador. Guau.
Imprimir desde el móvil
El avance se da gracias al Sharp Sharpdesk Mobile, una solución que conecta móviles y tabletas, tengan el sistema operativo que tengan, a una red Wi-Fi y, mediante ella, a la impresora, de modo que podemos previsualizar, imprimir y (¡atención!) escanear y guardar directamente en el móvil documentos e imágenes en formato PDF. Todo ello, obviamente, en un sistema multifuncional compatible.
Hablando de sistemas multifuncionales compatibles, la misma marca ofrece “OSA”, que permite expandir su funcionalidad, no sólo integrándolo en la red, sino mostrando las aplicaciones de su negocio.
Un ordenador sin ordenador
Con “OSA” podemos añadir datos descriptivos a aquellos documentos que escaneamos o –me va a costar abandonar el estado de pasmo total- interactuar con aplicaciones de red desde el panel de la pantalla de cristal líquido. Ahorraremos dinero, a la vez que controlamos los derechos de acceso a los documentos.
Otra idea espectacular es la que aporta Sharpdesk, una aplicación que administra documentos desde el escritorio, que permite almacenar, buscar y recuperar datos con una tremenda facilidad y con una función llamada Composer que permite compilar muchos y variados ficheros.
En Sharpdesk basta con arrastrar y soltar los documentos para distribuirlos del modo que más nos interese. Posee una pantalla de escritorio muy intuitiva con sus vistas en miniatura o sus herramientas de anotación. Y, hablando de herramientas, el O.C.R. permite convertir documentos de imagen a ficheros de texto editables.
Una pantalla de ciencia ficción
Pero, como el que suscribe es amante de la ciencia ficción, lo que le ha hecho rendirse y quedarse reducido a un ser con la boca entreabierta, la mirada fija y el gesto bobalicón es una pantalla interactiva.
Por un momento me he imaginado sintiéndome como un CSI o como el protagonista de una peli sobe el año 3000 ante una pantalla que mide 1.776 milímetros en diagonal, en formato 16:9, de 1.920 x 1.080 puntos de resolución. Es un aparato táctil, con contraste 3.000:1, retroiluminada, full LED. Posee, además, un software de escritura de uso muy sencillo.
Hablo de la SHARP PN-L702B, cuyas comunicaciones están optimizadas vía conexión a una MFP y que posee un sistema de ranura para módulo. Un artilugio, en fin, mucho más sencillo de utilizar que de describir, como sucede con los avances tecnológicos que de verdad lo son.
¡Qué barbaridad!
Son más los avances que he ido descubriendo en la página que te mencionaba hace unos párrafos, pero no es la idea de este artículo elaborar una exhaustiva lista de todos ellos, sino más bien dejar constancia de un hecho que, por cierto, ya hiciera notar Ricardo de la Vega.
¿Que quién era y qué dijo Ricardo de la Vega? Pues resulta que hablamos del autor del libreto de la zarzuela “La verbena de la Paloma”, uno de cuyos pasajes dice “Hoy las ciencias adelantan / que es una barbaridad / ¡Es una brutalidad! / ¡Es una bestialidad!”. Pues eso.